lunes, 17 de octubre de 2011

MILAGROS SOCORRO: Un frío en la nuca


En la víspera del décimo aniversario del atentado a las torres gemelas del World Trade Center, en Nueva York, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, anuncia la inclusión de cuatro altos funcionarios del Gobierno de Venezuela en la temible Lista Clinton de terroristas internacionales.

El general de división Cliver Alcalá Cordones, el diputado del PSUV a la Asamblea Nacional Freddy Bernal, miembro del Parlamento Latinoamericano, Amílcar Jesús Figueroa Salazar y el funcionario del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Ramón Isidro Madriz Moreno, han sido incriminados de “actuar en nombre o representación de la organización narco-terrorista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el apoyo directo de sus actividades de narcotráfico y tráfico de armas”. Esto, de conformidad con la política exterior de Estados Unidos y la Ley de Cabecillas de Tráfico de Drogas (Kingpin Act).

Esto no es una opinión. No es cierto que las cuatro figuras del régimen hayan sido “tildadas” de alguna maña que las afea. Nada de eso. Estos hombres han sido inculpados, con sus nombres completos, sus cédulas de identidad, así como su lugar y fecha de nacimiento, de ser “facilitadores claves de armas, seguridad, capacitación y otra asistencia en apoyo a las operaciones de las FARC en Venezuela”, como declaró el director de la OFAC, Adam Szubin. No les están echando dedo por tener cuentas en bancos norteamericanos con sumas de inexplicable cuantía. Ese no es el punto. El Departamento del Tesoro los considera lo suficientemente tontos para creer que pueden hacer negocios con bandas criminales sin pagar las consecuencias, pero no para poner el producto de sus trajines en instituciones financieras de Estados Unidos. Esto es secundario. La incriminación conlleva el congelamiento de sus bienes bajo jurisdicción de Estados Unidos, si los hubiere. Si no es allí donde los tienen, pueden jurar que ya se los están rastreando. Pero no es de eso que se los denigra.

Desde luego, su ingreso en la “lista de individuos especialmente designados” les acarreará enormes dificultades para hacer transacciones en buena parte de los bancos del mundo, con excepción del puñado de países complacientes con el terrorismo, que, en lo sucesivo, se convertirá en el pedazo del planeta al que los imputados tendrán que restringirse. Sus andanzas han quedado reducidas a Cuba, Irán y algún otro confín donde no les importe hacerse sospechosos al examen del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Pero esto no se detiene aquí.

Szubin, director de OFAC, dijo con toda claridad que ese despacho “continuará apuntando agresivamente las estructuras de las FARC en Venezuela y el apoyo de toda la región”. Esto significa que los mencionados benefactores de las FARC tienen una carpetica en la 1500 Pennsylvania Avenue NW, en Washington, D.C., en la que cada día se archiva un documento, una foto, una grabación. El anuncio del jueves no fue más que el anuncio público de un proceso de investigación sostenido, que podría seguir el mismo curso del caso Manuel Antonio Noriega, sin necesidad de invasiones ni injerencias irregulares, puesto que los presuntos promotores de las FARC en Venezuela no contarán con un gobierno cómplice. En su momento tendrán un juicio justo donde quedará establecida la verdad. Y no faltará quien salga del trance con un overol naranja y caminando como una geisha por efecto de las esposas en manos y pies. Es para sentir un frío en la nuca, como evidentemente ha empezado a experimentar Bernal, lo que se deduce de su pueril reacción y de sus intentos de arroparse con las faldas de Chávez, a quien deja salpicado con toda intención.

En 2008, la Lista Clinton inauguró su capítulo venezolano con la designación del ex ministro del Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, quien había renunciado intempestivamente a su cargo a comienzos de la semana en que fue señalado; Hugo Armando Carvajal Barrios, director de Inteligencia Militar (DIM) y Henry Rangel Silva, entonces director de la DISIP. Los nombres de los siete jerarcas chavistas están mencionados con gran frecuencia en las computadoras de Raúl Reyes y en las indiscreciones de Iván Márquez.

De una cosa pueden estar seguros: todo lo que han hecho está consignado por “los gringos”, como dice el tembloroso Bernal. Y esos no hablan pendejadas en cadenas. Las ponen.


Por: MILAGROS SOCORRO
msocorro@el-nacional.com
Política Opinión
EL NACIONAL

lunes, 3 de octubre de 2011

REMAJUNCHE COMPROBADO

El Twitter de la valiente escritora Venezolana Milagros Socorro fue hackeado y el acceso a su blog: milagrossocorro.blogspot.com, fue bloqueado en la red, a continuación su articulo en el diario el Nacional que normamente cuelga en su blog.


Bloggeros a bloggear su blog, a romper el cerco se acabo el tiempo de las medias tintas..!



Los precandidatos que, según las mediciones hasta el momento, tienen más posibilidades de abanderar la opción democrática en 2012 tienen varias condiciones en común: son hombres, civiles, con formación universitaria, menores de 45 años, no están vinculados a partidos tradicionales, exudan salud y vigor físico, y se han labrado una posición de liderazgo mediante el ejercicio de mandatos locales exitosos.

Con excepción de la exclusividad masculina, es la marca de los tiempos. Los regímenes militares se sacuden en sus últimos estertores. El autodidactismo ha revelado las escandalosas lagunas que puede propiciar. La juventud (en términos de edad) es sinónimo de sintonía con las nuevas tecnologías, con el espíritu globalizador y con la prescindencia de viejos paradigmas, a la cabeza de los cuales se encuentran las nociones de derecha e izquierda, totalmente rebasadas por el reto planetario de acabar con la pobreza, un mandato de Naciones Unidas (y no de los catecismos ideológicos). En cuanto a la fortaleza física, es un aval indispensable en un país cuyas vías de comunicación han sido destrozadas por el régimen incapaz y corrupto de Chávez, inepto comprobado en las mil calamidades que se nos impone a los venezolanos. Sobre todo, a los más pobres.

Y aquí topamos con otra característica compartida. Los precandidatos de la unidad democrática que, al corte de hoy, aparecen en el tope de los sondeos, han decidido no enfrentar al autócrata ni enrostrarle sus errores y delitos. Todos andan en el plan de no tocar a Chávez ni con el pétalo de una rosa, al tiempo que se dejan insultar mansamente por el gorila.

Esta singular conducta deber haber sido aconsejada por los asesores electorales o algún fabricante de santones. No hay que ser uno de ellos para saber que la estrategia apunta a no molestar a los seguidores de Chávez que ya están hartos de sus estupideces y tropelías, pero que siguen abonados a su culto. Para ser presidente de Venezuela es preciso cortejar a aquellos sectores que saben que Chávez y sus cómplices han sido nefastos, que han destrozado el país, que han vuelto leña las instituciones, que han armado un aparato de corrupción sin precedentes (con la familia Chávez a la cabeza), que han pactado con todos los criminales del planeta, que han dispendiado los recursos de Venezuela en el extranjero… de esto son perfectamente conscientes los chavistas y los llamados Ni-Ni, devenidos pivote de la campaña y delicadas rosas a las que no se puede ofender.

Los precandidatos aluden a la inseguridad ciudadana, al desabastecimiento, la inflación, la angustiosa pérdida de valor adquisitivo del bolívar, en fin, a la desesperanza que vivimos, como si fueran floraciones espontáneas de la naturaleza o un sino que Venezuela debe pagar por dictámenes del destino. En ese guabineo han dejado a Antonio Ledezma solo en sus corajudos reclamos a Chávez. Ledezma no es partícipe de la idea de dejarlo solo en sus errores, “que se hunda en su propio lodazal”. Con esto no sólo evidencia seriedad y valentía sino que no tiene rabo de paja.

No sé si es propio de candidatos, pero de seguro no es de hombres dejarse insultar; y menos por esta manifestación póstuma de una fase de la evolución.

Llegado este punto, permítanme los lectores de El Nacional que arrime el ascua a mi sardina. Este jueves mi cuenta de Twitter fue intervenida por delincuentes cibernéticos. Esto ocurrió mientras seguía la rueda de prensa para dar fe de vida del convaleciente Presidente.

Tras ver al ministro Izarra acusar, con voz histérica, a la periodista Andreína Flores de burlarse de la “investidura” de Chávez (en realidad el comentario se mofaba de la vestidura del propio Izarrita), observé que había que ser muy mediocre, muy cobarde y muy adulador para conducirse de esa manera. Y, ciertamente, el pequeño esbirro tiene estas dotes en grado sumo. Iba a escribir que aquella exhibición de estulticia era otra demostración del vacío de poder y de la estampida que se ha producido en la burocracia oficialista, de la que Izarra es emblema, cuando mis cuentas quedaron fuera de servicio.

Experimenté el gran alivio de no tener electores sino lectores.

Eso me deja en el derecho y en el deber de echarles en cara, al remajunche y a su Mujiquita de a locha, su degradación y el breve remanente de su hegemonía. Será un placer reseñar su salida de la escena.


Milagragos Socorro

Octubre 02, 2011

El Nacional-opinión